Mi posicionamiento en el marco de la Jornada Electoral del 1º de julio del 2012

• El Partido Revolucionario Institucional, ha sido leal a México como oposición, y seguirá siendo leal al país como gobierno.

• La elección ha quedado atrás, pero los retos de Hidalgo no pueden esperar. La confianza de los ciudadanos es un mandato para representarlos con dignidad y profesionalismo en el Senado de la República.

• El PRI fue constructor de instituciones y posibilitó la transición democrática. Que nadie dude que habremos de renovar y fortalecer a las instituciones, y respetaremos las reglas del juego democrático donde sólo manda el pueblo.

• Dignidad en la derrota, generosidad en la victoria. Eso necesita México. En esta tierra no hay vencedores ni vencidos: hay demandas por atender, construir acuerdos y un país al que le urge ponerse de pie.

• En este momento fundamental de la historia contemporánea de México, no hay vencedores ni vencidos: hay un país que poner en paz con la fuerza de la Ley, pero también con la fuerza de la razón.

• Un día no alcanza para cambiar la historia, pero un día sí es suficiente para cambiar el rumbo. Un día en el que no hay vencedores ni vencidos, sino memoria para todos los que no tienen oportunidades de empleo, para las mujeres que no han logrado salario igual a trabajo igual, memoria para los campesinos que han soportado sequía de resultados, y la clase media empobrecida que ha aprendido a vivir al día.

• Dignidad en la derrota y generosidad en la victoria. Responsabilidad absoluta con lo que significa cada uno de los votos emitidos esta tarde. Respeto absoluto a quien piensa diferente y votó por otra opción política. Este país tiene más de 22 mil kilómetros cuadrados y aunque en el fragor de la contienda alguien lo haya dudado, aquí hay espacio para todos.

• Hidalgo no tiene rincones, tiene regiones y a todas las voy a representar como Senador. Un senador que hable con resultados y mire de frente. Un legislador de tiempo completo que represente a todas y a todos sin distingo.

• Es la hora de México. De estar a la altura de la historia. Es hora de construir el estado que queremos y el país que necesitamos.